Escucha Podcast #100
Llegamos al centésimo envío de este newsletter y tengo 14 cosas para decir: sobre el presente, sobre el futuro, sobre premios, colaboraciones, amistades, proyectos, sostenibilidad. Y sobre periodismo.
Cuando arrancó Escucha Podcast, ¿pensé que iba a llegar al 100? Sí, no te voy a mentir. Pensé en hacerlo para siempre, de hecho, con todo lo que eso implica. Que sea un proyecto siempre activo, poder encontrar la sostenibilidad a lo largo del tiempo. Que haya sido primero semanal y ahora quincenal tiene que ver con seguir adelante. Ya volveremos sobre esto…
¿Son muchas 14 cosas para decir? Podrían ser 100, ya sabés, así que arranquemos…
Tengo 14 cosas para decir, parte uno:
Llegar hasta acá: el hito impacta, sorprende aunque se vea venir. Llegamos. Es acá. Es este. La alegría es enorme —hay algo parecido al alivio, también, ahí pegadito— y viene con una sensación de tranquilidad, de objetivo alcanzado. No es fácil pero Escucha Podcast ha salido 100 veces. Y vamos por más.
Cómo llegamos: me pasé buena parte de 2024 (y de 2023) pidiendo disculpas, avisando que tal podcast lo iba a escuchar más adelante. El recorte elegido para trabajar en este proyecto —por suerte— es inabarcable e inagotable: los podcasts en nuestro idioma. Siento que al proyecto le falta concretar un montón de cosas (las tengo acá, anotadas, en algunos casos hace demasiados meses). Y a la vez me tomo unos minutos para evaluar lo realizado: más de 150 posteos en la página web (la mayoría reseñas), estas 100 veces que Escucha Podcast llegó a tu correo, los miles de tuits, las charlas, los eventos, las videollamadas, las clases. Imposible enumerar todo. Destaco a la gente que conocí en este camino: colegas, amigas y amigos, enormes profesionales. Es complicado dar nombres, me olvidaría de tantísima gente.
Qué hacemos: la idea de este proyecto es escribir sobre podcasts para ampliar los horizontes del podcast en nuestro idioma. Parece algo grande, parece exagerado, pero es sencillo. Hay que hacerlo. Y en un momento entendí que necesitaba ayuda, que hacía falta más gente escribiendo y empecé a buscar, a invitar, a insistir. La gente que produce podcasts es reacia a escribir sobre los trabajos de otras personas (no se estila en nuestras culturas). Yo trabajo —también— haciendo podcasts, casi siempre en edición de sonido, y logré encontrarle la vuelta. Con respeto, señalando cuestiones destacables y otras mejorables, analizando recursos, conociendo poco de algunos rubros y más de otros. Lograr el mix entre crítica cultural y periodismo sobre podcast no es sencillo, seguiré buscando. Y seguiré tentando a gente para que escriba reseñas, análisis, opiniones. Ojalá siga teniendo tanta suerte como hasta ahora. Las plumas (vieja metáfora), los textos, las visiones y análisis que han vertido hasta acá Óscar Iván Pérez, Lucy Morán, Camilo Genoud, Paula Restrepo, Felipe Fernández y Juan Ignacio Isern son oro puro. Es imposible agradecerles con palabras pero estoy intentándolo: gracias absolutas y profundas por lo que han escrito para este proyecto. Ojalá quieran y puedan escribir más, el mundo podcast lo agradecerá.
Agradecer: (están como enganchados los puntos, ¿se va notando?) Pensé en una lista de nombres, productoras, gente muy cercana o lejana, pero como decía más arriba es imposible hacerlo sin quedar mal. Uno debería ser menos tarado y arrancar esa lista el primer día. Pero no somos tan buenas personas, digamos la verdad. Y los egos, oh los egos heridos, son un problema grande. Voy a agradecer entonces: a todas las personas que cada vez que llega este correo lo abren y lo leen. A Martín Parodi, de Erre Podcast y la Diplomatura en Podcast de la UNRaf, por su visión única, por la confianza y por la amistad. A mi novia Maia, porque le hablo de esto todo-todo el tiempo (me aguanta) y me aporta ideas constantes —mejorando este proyecto cada vez—, en un sinfín de amor (junto a Maikel y Sabi, integrantes cuadrúpedos de nuestro hogar). A mi familia y a mis amigos que, además, en muchos casos leen esto y les gusta. Gracias totales, de verdad. También a mucha gente con la que hablamos todo el tiempo y no puedo nombrar acá…
Charlas en off: charlar en confianza, con decenas de personas y no cagarse en lo que uno charla en esos espacios (sean en WhatsApp, en Telegram o en un café) es algo que como periodistas tenemos que respetar. No me voy a poner a hablar de ética periodística —ya viene largo el news— pero si no mantenemos ciertos códigos humanos en el mundo de hoy… nos va a ir muy mal. Todas las personas con las que hablo cada día saben que esas charlas quedan ahí. Es un ejercicio, en algunos casos cuesta: es todo el tiempo. Ustedes saben que los off acá se respetan.
Tomar en serio al podcast: hace un tiempo, en una nota muy rara que me costó comprender, Nick Quah —referente para los que hacemos esto, aunque en mi caso no puedo evitar mencionar al finado Bello Collective y al maestro Eric Nuzum— dijo que al podcast no lo tomaban en serio. Al leerlo pensé “¡este muchacho está loco! ¿¡cómo va a decir eso en EE. UU.!?”. Y después me quedé pensando, pasó mucho tiempo y la ficha fue cayendo en su lugar. En el podcast hay mucha gente de paso (que vino por la modita con la pandemia—y ya se fue), al podcast los periodistas suelen tomarlo como una pavada, una boludez (como con muchas novedades, prima el escepticismo); ocurre que mucha gente piensa que esos conversacionales insoportables (hoy casi todos en video) son los únicos podcasts que existen. Y ahí les doy la razón: es imposible tomar en serio a esos productos comunicacionales casi siempre espantosos (en Argentina les decimos canales de streaming, siempre al contrario del mundo). Acá vamos a escribir y hablar sobre podcasts en audio (habrá que cambiarle el nombre en unos años: propongo audiocast), acá lo vamos a tomar en serio (dejando de lado a los conversacionales, en mi caso). Sin hype, sin humo, sin intereses de las empresas ni plataformas. Los y las CEOs pasan, los booms se diluyen, las modas desaparecen: el podcast sigue.
Manos llenas: hace un par de meses hablé por teléfono con alguien, que hace podcasts geniales, de los mejores en nuestro idioma. Me llamaba por un reclamo, por un enojo: tenemos confianza y la charla salió de la mejor manera. La cuestión tenía que ver con un faltante de mi parte, de ahí su queja: no había escrito nada sobre su podcast. Tenía razón (si bien pasaron cosas, no fue fácil mi 2023) y traigo esto a cuento porque me disparó una reflexión, algo que tras unos 10-15 minutos logré decirle en aquella conversación: no puedo abarcar todo lo que se publica, ni mucho menos cargar con esa responsabilidad. El problema es sistémico. En muchos momentos, de cada año haciendo Escucha Podcast, tengo las manos desbordadas, escribo de lo que quiero y puedo, quedan reseñas pendientes a montones… Ahora: ¿Si no sale una reseña acá no sale en ningún lado? ¿de verdad? ¿Hasta cuándo van a seguir mirando para otro lado los medios culturales? En Argentina, Colombia, México y España (por recortar, puedo nombrar a todos los países de la región) hacen falta más artículos, reseñas y opiniones sobre podcasts. Dejensé de joder con refritar posteos de redes sociales y escriban sobre podcasts, colegas. Como en el periodismo la mano viene jodida (oficio precarizado en todos los países, empezando por el mío) quiero destacar para cerrar este punto, dos proyectos espectaculares que nacieron en 2024: Desarmaudio, el canal de YouTube/podcast/newsletter de Mariano Pagella en el que analiza podcasts que le marcaron la vida y la forma de contar: esos detalles sonoros, esos guiones elaborados, esos yeites de realización, contados por Mariano con una gracia sin par; y el newsletter de reseñas + entrevistas de Manu de la Chica, en el que escribe sobre podcasts y conversa con quienes los hacen, además de compartirnos sus opiniones sobre el podcast de hoy: se llama Lo de los pódcast. Uso y recomiendo ambos proyectos. Es por acá, si bien ninguno de los dos está hecho por periodistas: que sirvan de ejemplo.
🙃 Y llegamos al show del medio tiempo…
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Tengo 14 cosas para decir, parte dos:
Los eventos: en los últimos años aparecieron y crecieron montones de festivales, conferencias, encuentros profesionales y shows de podcasts de todo tipo. Quiero señalar uno de ellos, que en verdad no es un evento si no una red de festivales: CIFESPOD, el Circuito Iberoamericano de Festivales de Podcast. El esfuerzo, los objetivos planteados, los festivales que lo integran y la gente que lo lleva adelante —Ignacio Lara Saldaña, Federico Rusconi, Laura Rodríguez Ortega y un gran equipo—, son hoy la principal luz de esperanza en la consolidación del podcast en la región. En los próximos días vamos a profundizar en este armado pero no quería dejar de mencionarlo hoy. Este proyecto necesita voluntades, busca financiamientos y necesitamos que funcione. El futuro del podcast no va a depender de los caprichos de una plataforma, de los desarrollos truncos de otra o de las cosas que sí o sí tienen que ser negocio para una multinacional o un grupo empresario. Y no estoy haciendo un comentario hippie. A quienes tienen plata, les regalo una idea: hay que ponerla en proyectos con visión de industria, mirada regional y perspectivas a largo plazo. Basta de oportunismos.
Los premios: tenemos el lujo en el mundo podcast de contar con dos premios grandes, de aires regionales, que mueven —un poco, no se crean que tanto— la conversación del mundillo cada año. El Premio Gabo, con su categoría audio plagada de podcasts, y los Ondas Globales del Podcast. Ambos son fabulosos, ambos muy importantes. Y ambos son también mejorables: tras cada edición desfilan las viudas y viudos, con sus almas heridas por no haber ganado (conversamos los motivos, pensamos mejoras). Trabajos espectaculares, cientos de podcasts… que convergen en dos embudos gigantes de pico angosto. Hacen falta más premios, se vienen más premios, están apareciendo más premios. Hay que apoyarlos, colaborar, presentarse, impulsarlos, sostenerlos. No lloremos por los Ondas y los Gabo. Es mejor tener diez premios dedicados al podcast, específicos, propios, independientes, que solo dos cruzados por intereses y corporaciones.
La enseñanza profunda: no, no me pongo místico acá, despreocupar. Quiero contar algo —breve, ya lo haremos en forma extensa— sobre la Diplomatura en Podcast que venimos haciendo, con un equipo único, desde 2023. Este año es la segunda cohorte (en cursada actualmente) de este proyecto de formación universitaria de calidad, dirigido por Martín Parodi con coordinación estelar de Eva Menardi. Si de tomar al podcast en serio hablamos, esto es lo mejor que podemos estar haciendo —pienso en voz alta—: en el mundo podcast hay, desde siempre y ojalá sigan existiendo, decenas de instancias de formación inicial. Cómo hacer tu podcast, qué necesitás para arrancar, en cuatro clases o en un encuentro, en formato taller o como masterclass. Pero hacía falta dar un paso más. Y en lo posible dar varios pasos más. En la Universidad Nacional de Rafaela, una universidad pública argentina (contra todos los males y los duendes), los estamos dando: con ocho materias, profundizando en contenidos educativos en los que nadie profundiza, con eje en lo narrativo en audio, con seriedad, mirando al pasado, al presente y en especial al futuro. Vamos a seguir creciendo, tenemos muchos planes. Y dejaremos la vida para que esta Diplo ocurra cada año. A esto nos dedicamos.
Plata y miedo: esta es la primera de tres cosas mirando al futuro de Escucha Podcast. Voy a ser breve: los podcasts en español, en castellano, en esto que hablamos más de 500 millones de personas (otra vez: QUINIENTAS MILLONES DE PERSONAS) en el mundo, siguen necesitando nuestro apoyo. En este proyecto vamos a seguir escribiendo. Sin anunciantes (no les interesa o no entienden lo que hacemos), sin plataformas (no las quiero cerca, no las necesitamos), esta es la propuesta. Seguir. Insistir. Escribir más sobre podcasts.
Evalué dejar: No voy a mentir. Evalué también sacar este punto, no contarte mis dudas. Pero este es un newsletter, un proyecto en muchos sentidos personal (aunque trato de evitarlo siempre: la autorreferencia me aburre, te aburre) y las dudas aparecen. Pero no ahora ante el #100. Aparecen cada semana, en cada instancia, cada día. No es síndrome del impostor, que creo superado. En esta ocasión la duda grande tuvo que ver con los objetivos y con las ganas: ¿Está cumplido el objetivo? Sí y no. ¿Cumplir el objetivo implica dejar un proyecto? Rotundamente: no. ¿Tengo ganas? Muchas, de hecho me gustaría tener más tiempo para hacer Escucha Podcast. Y listo, resuelto: seguimos adelante. La sostenibilidad de este proyecto no implica plata —lamento comunicarle a mis enemigos y enemigas—. En esta segunda mitad de 2024 tendré, ojalá, más tiempo. Y habrá más reseñas.
Lo que viene (era la última cosa pero… oh, las supersticiones): quiero que la gente que escribió acá publique nuevas notas, reseñas y análisis (y quiero poder pagarles lo que merecen por su trabajo); quiero armar y publicar algunos especiales (y nuevas playlists); quiero reseñar al menos doce-catorce podcasts que me parecen insoslayables, publicados en 2023 o en la primera mitad de este año; quiero contarles las novedades que se vienen para el segundo semestre; quiero retomar la reseña completa de Catástrofe Ultravioleta (acá la temporada uno, episodio por episodio) y hacer otras por el estilo; quiero escribir nuevas reseñas a cuatro manos (escucho ofertas); voy a reseñar los clásicos del pasado, que merecen seguir circulando en nuestros oídos; voy a publicar acá una nota que tengo lista y terminada (para una revista con la que no pudimos concretar). Y voy a dejar de prometer, me toca ponerme a hacer las cosas…
Grandes Éxitos: para cerrar vamos a repasar parte de lo que hicimos. Te dejo un popurrí de enlaces. El objetivo final es que vayas y escuches más podcasts en nuestro idioma. Nada más y nada menos. Si me leés desde el #1 o desde la quincena pasada, podés entrarle o volver a: las 12 entregas de las Breves Anotaciones de Escucha (mini reseñas al paso; pronto una nueva), las 3 entregas de Ponga la Oreja (con estrenos y primeras impresiones; se viene la cuarta), las entrevistas que hicimos en estos tres años y medio (algunas con reseña, otras extensas hechas por mí o por Juani Isern), las más de 15 reseñas de podcasts de ficción que escribí (o se despachó Lucy Morán). También las playlists, que podés buscar y seguir en mi perfil de Spoty, destacando la muy querida Podcasts para las Vacaciones (se vienen las de invierno en el sur del mundo y las de verano en el hemisferio norte). Y siempre que andes buscando un podcast, ya sabés: escuchapodcast.com está ahí, esperandote. Gracias, millones de gracias. ¡Hasta la próxima!
Y llegamos al final…
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✨ Acá están todos mis enlaces: linktr.ee/EscuchaPodcast.
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Pablo, enhorabuena por estos 100 números. Seguiremos insistiendo en ese periodismo de pódcast tan necesario. A celebrarlo 🥳
Bien por esos 100. A ver si le encuentro la vuelta y me sumo a escribir por acá también, que ya me diste ganas.